Casi 3 décadas desde el lanzamiento de “The Black Album”, el disco que "renovó" a Metallica y lo convirtió en una de las agrupaciones más emblemáticas y reconocidas del heavy metal.

“The Black Album”, el disco que reinventó a Metallica y transformó a la banda en un fenómeno musical | Fuente: difusión

No cabe duda que el heavy metal habría sido muy diferente sin Metallica, y es que, para nadie es sorpresa que la agrupación resulta ser una de las más emblemáticas y representativas de dicho género a través de la historia. La agrupación liderada por James Hetfield ha logrado sobresalir entre distintas bandas, pues pudo conseguir la fórmula del éxito, odiada por muchos y elogiada por otros: Reivindicarse al lado más comercial.


Los cambios en el heavy metal y Metallica

En los años 80, el heavy metal era una de los sonidos más escuchados en Norteamérica y nivel mundial, por lo que había mucha competencia dentro del mercado, distintas bandas buscaban ganar la fama necesaria y otras, mantener en el ambiente musical, entre los cuales se encontraba Metallica.


Pese a ello, el heavy metal se había convertido en una suerte de “mixtura” demasiado colorida para los fanáticos más “puros” del género. El glam o hair metal traía una ola de críticas, pues muchos críticos señalaban que era una “parodia” de sí misma, dejando su lado más oscuro y llenándolo de excesivo maquillaje y spray. Trayendo, incluso, la aparición de las llamadas “power ballads”, baladas con un tempo más lento que poco a poco se intensifican en el transcurrir de la canción. Aunque para muchos no era del agrado, para otros fue tomado como la “reivindicación” que necesitaba para mantenerse en el ámbito musical.


La “traición” de Metallica

Metallica, quienes fueron contemporáneos del “glam metal”, optaron por un camino menos comercial durante toda la década de los 80, ganando adeptos de todo el mundo y surgiendo entre varias bandas que, poco a poco dejaban de ser escuchadas. Junto a Megadeth, Anthrax y Slayer, destacaron con ese estilo “oscuro” que cautivó a los fanáticos más acérrimos del rock duro, en comparación de la música popular de la época, pues.


Sin embargo, las ambiciones de la agrupación liderada por James Hetfield y Lars Ulrich no se limitaban a convertirse en el máximo exponente del heavy metal que, si bien estaba en todo su apogeo, no era escuchado por todo el mundo.


“Como los Clash con el punk o Nirvana con el grunge, Metallica procedía del thrash metal, pero nunca estuvo plenamente integrada en el género. El grupo aspiraba a conseguir la intensidad que caracterizaba al estilo, pero no estaba en absoluto dispuesto a someterse a ninguna sus restricciones creativas”, señaló en su momento Paul Brannigan en el libro “Nacer. Crecer. Metallica. Morir”.


Por ello, decidieron realizar una expansión sonora que desde el álbum “…And Justice For All”, en el año 1988 ya venía dando señales con “One”, colocando a esta power balad como uno de los himnos de la banda y convirtiéndose en todo un éxito en ventas, logrando ser el primer videoclip de Metallica un año después del lanzamiento del disco.


Es así que, en el año 1991, al ver la acogida que tuvo “One” y “…And Justice For All“, la banda originaria de los Ángeles, decidieron lanzar su quinto álbum de estudio, llamado “The Black Album”, un disco totalmente distinto a los que venía trayendo Metallica. En un principio, esta producción fue irónicamente “satanizada” por los fanáticos más puros del heavy metal, pues, sintieron que la agrupación había traicionado sus bases, que diferenciaba a otras bandas con ellos.


“The Black Album” no era trash metal puro, sus canciones eran más lentas y para el gusto de sus más fieles seguidores que buscaban el sonido más “duro”, no resultaba pegar. Pese a ello, para el público masivo la historia era distinta. Cuando el disco vio la luz, debutó en el primer puesto de distintos rankings a nivel mundial y vendió millones de copias.


Canciones como “Enter Sandman”, “Nothing else Matters”o “The Unforgiven”, tuvieron una pegada increíble, aunque para muchos fanáticos puristas esto resultó un total fiasco, pues Metallica presentaba su lado más comercial.


“Habían alcanzado cierto nivel de trascendencia, pero no habían llegado a las radios comerciales. Cuando vinieron a mí, estaban listos para dar ese gran salto a las grandes ligas. Mucha gente piensa que yo los cambié. No fue así. Ellos ya habían cambiado antes de que nos conociéramos”, declaró el productor Bob Rock al portal Music Radar en 2011.


El álbum dominó la lista de los Billboard, y estuvo cuatro semanas consecutivas en la lista “Hot Billboard”, vendiendo más de 16 millones de copias a nivel mundial. “The Black Album” fue la reinvención de Metallica que encajó perfectamente en la radio y en el oído del público consumidor de rock & pop común y corriente.