Según lo que reveló el vocalista de Iron Maiden, Bruce Dickinson, no se arrepiente de haber dejado la banda en los 90’. Al parecer el músico se sintió “libre” cuando lo hizo.

El cantante confesó que no se arrepiente haber abandonado la banda. | Fuente: Difusión
Redacción Oxigeno

Recientemente el cantante de Iron Maiden, Bruce Dickinson, se sinceró sobre sus decisiones profesionales que ha tomado a lo largo de su carrera. Por ese motivo, el músico confesó que no se arrepiente de haber dejado la banda en los años 90’.

Te recomendamos

¿Qué reveló Bruce Dickinson?

Como se recuerda, Bruce Dickinson dejó Iron Maiden en el año 1993, para comenzar su carrera en solitario. Sin embargo, al final terminó regresando a la banda, aunque no fue hasta 1999 que lo hizo. 

En una reciente entrevista para Classic Rock, Bruce Dickinson fue consultado sobre su decisión de dejar a Iron Maiden y si volvería a hacerlo, si tuviera la oportunidad de revivir aquel momento de su vida. Ante ello, respondió: “Lo habría hecho, sí. No lo habría cambiado, pero lo habría hecho mejor. Habría tenido un plan”.

En esa misma línea, Bruce Dickinson reconoce que su salida de Iron Maiden fue una “decisión impulsiva”:

“Me di cuenta de que Iron Maiden estaba haciendo lo suyo y no había nada que nadie pudiera hacer para cambiar su trayectoria. En ese momento, estaba sentado haciendo lo que acabó siendo mi segundo álbum en solitario, ‘Balls To Picasso’, y me di cuenta de que no tenía mucha idea de qué hacer fuera de Iron Maiden”.

¿Qué más confesó en la entrevista?

Cabe señalar que Bruce Dickinson resaltó que para él fue un shock darse cuenta que estaba “atrapado” en la banda Iron Maiden, por lo que no lo pensó dos veces para irse.

“Pensé: ‘¿Qué hago al respecto? Tomé la decisión de que o me quedaba... para el resto de mi vida, o tenía que irme”, confesó el músico.

Por otro lado, Bruce Dickinson confesó que no habría sido feliz tratando de comenzar una carrera en solitario, mientras aún estaba al frente de Iron Maiden y por eso se fue de la banda por unos años.

“Entonces estaba en un estado de limbo. Pensé: ‘Tengo que dejarlo, porque si no... nadie se lo va a tomar en serio’. Simplemente dirán: ‘Oh, bendita sea su cabecita puntiaguda, es su pequeño proyecto paralelo’”, concluyó.