Su personalidad depresiva unida a su adicción a la heroína llevó al cantante a suicidarse a los 27 años.

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Redacción Oxigeno

El 5 de abril de 1994, el mundo de la música lloraba el adiós de un grande. Uno de los máximos representantes del grunge noventero, ponía fin a su vida irreverente de un disparo en la cabeza. Expresando en una nota, su desazón por la vida.

En la carta dedicada a su amigo imaginario "Boddah", a su mujer Courtney Love, y a su hija Frances Bean, Cobain señalaba que hacía tiempo que no se emocionaba ni escuchando ni creando música, ni tampoco escribiéndola.

"Se me ha acabado la pasión. Y recuerden que es mejor quemarse que apagarse lentamente (...) favor Courtney, sigue adelante, por Frances, por su vida que será mucho más feliz sin mí. Los quiero.¡Los quiero!", volcó en la nota.

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Su suicidio a los 27 años marcó un antes y un después en la escena del rock que conquistó desde su actitud desgarrada y desde su descontracturada forma de encarar la composición.

Kurt Cobain era un artista moderno y rompía con ciertos moldes culturales dentro de la música, pero al final terminó cumpliendo con una de las más instauradas tradiciones de ese mundo: vivir rápido y morir joven.

Su música sigue influenciando profundamente en los jóvenes, desde los noventa hasta la actualidad. Sus canciones, incluso, son consideradas himnos de toda una generación.

A 20 años de su trágica muerte, Kurt Cobain sigue y seguirá siendo uno de los íconos más importantes de una etapa de la música que no volverá. Aquí te dejamos tres temas para qué sepas qué ocurría en su mente:

About A Girl (MTV Unplugged)

In Bloom
Lithium