En una de sus últimas columnas, Jaime Bayly sorprendió al revelar que está muy preocupado, por el posible fin de su matrimonio con su pareja Silvia Núñez del Arco.

Jaime Bayly habló sobre su relación con Silvia Núñez del Arco. | Fuente: Difusión

Recientemente en la última columna de Jaime Bayly, publicada en el diario ‘La Tercera’, el escritor mostró su preocupación por su actual matrimonio con Silvia Núñez del Arco. Según lo que detalló el famoso conductor, tiene “miedo” que su actual esposa ya no lo ame.

Recordemos que Jaime Bayly se casó con Silvia Núñez del Arco, el pasado 21 de marzo del 2011, cuando la joven estaba embarazada de la última hija: Zoe. Luego de varios años de matrimonio, el escritor sorprendió al confesar su preocupación, que la madre de su hija ya no lo ame más.

“A veces creo que mi esposa ya no me ama, que se aburre conmigo en la cama. Dada la diferencia de edad, y de peso, y de apetito erótico, no sería de extrañar que tal cosa ocurriera”, resaltó al inicio de su columna.

Incluso otro mensaje que llamó la atención para sus seguidores, es que Jaime Bayly abiertamente habló sobre la cantidad de bebidas alcohólicas que consume su pareja Silvia Núñez del Arco, a diferencia de él que es abstemio:

“También eso me preocupa: mi esposa bebe y yo soy abstemio. Me asusta la posibilidad de que se vuelva alcohólica, pero no le digo nada, respeto su libertad. Sin embargo, ella sabe que el asunto me inquieta porque su padre fue alcohólico y el mío también”.

Te recomendamos

¿Qué más detalló en su columna?


En esa misma línea, Jaime Bayly mencionó que no le agradaría que su esposa Silvia Núñez del Arco siga bebiendo, ya que la madre del escritor vivió una situación similar en su familia.

“Mi madre sufría mucho cuando mi padre se emborrachaba y se tornaba violento, áspero, sombrío. Yo no le digo nada a mi esposa, dejo que ella beba lo que le dé la gana de beber”, añadió al respecto.

Por otro lado, Jaime Bayly explicó que en los viajes con su esposa Silvia Núñez del Arco, él prefiere tomarse un jugo de naranja como primera bebida, pero ella elige una champaña:

“Cuando viajamos, mi primera bebida en el desayuno es siempre un jugo de naranja y la suya, una copa de champaña. Desde entonces, y durante todo el día, hasta las dos de la mañana, no pierde ocasión de beber todo el vino y la champaña que encuentra en el camino. Eso me desasosiega y atormenta.”